jueves, 23 de octubre de 2014

Las niñas también juegan al futbol

CARMEN TIENE DIEZ AÑOS Y DESDE PEQUEÑITA LE GUSTA JUGAR AL FUTBOL. TUVO QUE LUCHAR CONTRA LA INDIFERENCIA E INSULTOS DE SUS COMPAÑEROS, PERO NO SE DESANIMÓ Y AHORA ES UNA GRAN PORTERA. COMO ELLA, A CADA VEZ MÁS CHICAS JUEGAN EN LIGAS INFANTILES

El futbol mejora la coordinación, la capacidad cardiovascular, la coordinación, la visión periférica y oxigena la sangre, además de fomentar el compañerismo, el trabajo en equipo y la responsabilidad y autonomía . Todas son cualidades importantes para cualquier niño....o niña. Entonces ¿porqué juegan tan pocas chicas?

Desde pequeños a la mayoría de chichos les gusta dar patadas a un balón, son pocos los niños que en el recreo o en su tiempo libre no juegan al futbol. Se calcula que en España más de un millón de menores practican este deporte de manera regular. Por el contrario, las niñas que eligen el llamado deporte rey son consideradas bichos raros.

A pesar de todos los prejuicios, algunas chicas deciden ir contra corriente y jugar al futbol. No lo tienen fácil. Cuando son pequeñas, en las categorías Benjamín y Alevín, no hay liga femenina, por lo que se inscriben en equipos mixtos. Aunque los expertos destacan que a los siete años no se nota la diferencia entre sexos, a partir de los diez reconocen que las niñas son más coordinadas y tienen más técnica, con la que suplen la fuerza de los chicos.

A medida de cumplen años, la cosa se pone más difícil ya que no se les permiten jugar en equipos mixtos y apenas hay ligas femeninas. Sin el incentivo de las competiciones, muchas chicas se cansan y acaban abandonando.

"¿Al principio los chicos se metían conmigo, pero luego todos me querían en su equipo?"

Carmen tiene diez años, una voluntad de hierro y una hermana gemela a la que no le gusta nada el deporte. Ajena a lo que pensaran sus amigas de ella, a la indiferencia e insultos de los chicos y sin dejarse vencer por el desánimo cuando nadie quería jugar con ella, Carmen luchó por hacer lo que más le gusta: jugar al futbol.Hoy es portera de los Cracks y ha sido fichada este verano por el Valencia para ir a Barcelona para jugar con el equipo femenino en un torneo.

-¿Desde qué edad juegas al futbol?

-Desde los cinco años. Mi hermano mayor jugaba y a mi también me gustaba mucho

-Tenías amigas que jugaran también al futbol?

-No, pero no me importaba

-¿Como empezaste a jugar?

-En el recreo los chicos no me dejaban jugar con ellos, así que me ponía en la portería y cuando no tenían más remedio, porque les faltaba gente, me llamaban. Luego vieron que jugaba bien y cuando se hacían los equipos todos querían que fuera con ellos.

-¿Cual fue tu primero equipo?

-Empecé en San Antonio de Benageber, en el campo municipal. Era la única chica. Luego pasé a la Escuela Municipal de Futbol de la Eliana, donde jugaba con chicos tres años más mayores. Tenía ocho años y el resto de chicos eran más grandes que yo, eran como torres.

-¿Siempre has jugado de portera?

-No, pero me daban muchas patadas, hasta que me harté y decidí ser portera.

-¿Cómo se portaban el resto de compañeros de equipo contigo?

-Al principio me insultaban y se metían conmigo. Pero luego ya no. Enseguida empezaron a respetarme

-Te encuentras a otras chicas en los equipos contra los que juegas?

-Muy pocas, y ninguna portera

-¿Dónde juegas ahora?

-En el Cracks, me llamaron porque necesitaban un portero y un entrenador se acordó de mi. Ya llevo tres años, pero el año que viene me voy a un equipo de chicas porque ya no puedo jugar en un equipo mixto.

-¿Qué es lo que te gusta del futbol?

-Es divertido y me lo paso muy bien.

-¿Crees que hay diferencia con otros jugadores?

-Sólo cuando acabamos de jugar. En los campos donde jugamos no hay vestuario de chicas y me tengo que esperar a que acaben los chicos para poder entrar yo a cambiarme. Es un rollo.

-¿Que trofeos has ganado hasta ahora?

-He sido elegida mejor portero durante tres años y también he ganado dos años el premio al jugador más regular en los entrenamientos. Este año además he representado a la Comunidad Valenciana en el campeonato nacional de comunidades autónomas y he sido portera titular de la selección

-¿Que les dirías al resto de niñas que piensan que no pueden jugar al futbol?

-Que el futbol no es solo de chicos, que es para todos.

La madre de Carmen le apoya en todo, aunque reconoce que al principio pensó que sería algo pasajero y que se le pasaría pronto. “El entrenador del primer equipo en el que jugó me dijo que no hacía falta que pagara la cuota, porque pensó que seguro que se cansaba y dejaría de ir”. Ahora, dice orgullosa “muchos padres me felicitan tras los partidos porque juega muy bien”. Jugar al futbol además ha enseñado a Carmen a ser más responsable, “saca buenas notas, pero se tiene que organizar para poder estudiar, también ha tenido que aprender a ser puntual y a responsabilizarse de sus cosas”.

Sabías que …

-En las olimpiadas de Atlanta 1996 se hizo oficial el fútbol femenino como un juego olímpico

-China fue la organizadora del primer Mundial femenino de la historia en 1991
Muchos han querido desligar a las mujeres del fútbol solo porque piensan que este deporte es para hombres. Incluso han dicho que el fútbol femenino es un deporte aparte, y despectivamente, lo argumentan con pobreza, machismo en su máxima expresión. Sin embargo la principal federación de este deporte (FIFA) se ha preocupado de incluir el fútbol femenino dentro de todas las actividades que realizan y han potenciado exponencialmente el desarrollo de esta disciplina.
El fútbol es un juego que puede, y debe, ser practicado tanto por hombres, mujeres y niños, y es en estos últimos donde encontramos la verdadera esencia del juego. Lamentablemente el fútbol masculino se ha deteriorado debido a matices con el que ha ido “evolucionando” a través del tiempo: simulaciones, mala intención, antideportividad (faltas de respeto) y dopajes, creyendo que “el fin justifica los medios”. En el fútbol femenino no pasa esto, se juega fuerte, pero con respeto por la compañera del equipo oponente, no existen las simulaciones y muy pocas veces se detiene el juego debido a faltas.
Condiciones distintas
Biológicamente las mujeres no tienen las mismas condiciones físicas que los hombres para afrontar una actividad deportiva a la par. De esto algunas personas aún no se han dado cuenta (o no quieren darse cuenta) y siempre criticarán la falta de fuerza, velocidad y saltabilidad en las jugadoras al momento de comentar un partido.
Fútbol entrenamiento
Foto: Mauricio Palma, El Mercurio
Las mujeres pueden mostrar las mismas habilidades que un hombre con el balón en los pies.
De hecho, un estudio reciente señala que es la estructura física diferente lo que provoca que los hombres golpeen más fuerte la pelota que las mujeres, y que además, al golpear un balón ellas tengan más probabilidades de lesión en el ligamento cruzado anterior de la pierna de apoyo. Esto último puede ser prevenido con ejercicios de compensación destinados a fortalecer la musculatura. El hombre es más fuerte, pero la mujer es más flexible y puede tener las mismas habilidades con un balón en sus pies.
Para mí esas “deficiencias” son una ventaja: individualmente permite que jugadoras que posean algunas de esas características (fuerza, velocidad, saltabilidad, etc.) sobresalgan del resto, pero primordialmente exige que el balón siempre se juegue a ras de pasto y no “rifándolo” en pelotazos sin destino, lo que hace más elaborada cualquier jugada. Esta característica ha sido aplaudida por equipos masculinos que actualmente lo practican, como la Selección de España, el Barcelona de Catalunya o el Arsenal de Inglaterra, y algún día será elogiada por los críticos más reacios, se difundirá y atraerá al público a las gradas del fútbol femenino.
El fútbol femenino en Brasil ha ganado relevancia con la estrella internacional Marta, pero es una verdadera pasión entre mujeres indígenas de la selva amazónica, que participan de campeonatos aficionados y mantienen unida a sus familias y las tradiciones culturales en torno al deporte.
Cuando era niña, la indígena de la etnia sateré-mawé Jucenilda Pena de Souza, de 35 años, jugaba al fútbol con sus hermanos en la tierra de la aldea Andirá-Marau, ubicada en Parintins, a 369 kilómetros de Manaos, en el bajo río Amazonas.
Hoy Jucenilda Souza vive en la periferia de Manaos, capital del estado de Amazonas, es artesana y centrocampista del equipo aficionado de fútbol femenino Selvagem do Amazonas Futebol Clube.
Allí, juega en el mismo equipo que dos hijas, la zaguera Angélica Wururuphort, de 17 años, y la lateral Ranglema Waikiru, de 15.
"Jugar con mis hijas es muy divertido, algo muy bueno que le da valor a nuestra etnia y a nuestra cultura", dijo Pena de Souza en una entrevista con Efe en Manaos, una de las 12 sedes del Mundial 2014.
El equipo Selvagem do Amazonas F.C fue fundado en 2012 por los indígenas de la etnia sateré-mawé, de la comunidad Waikiru, ubicada en el barrio de Redencao, en la zona centro oeste de Manaos.
El año pasado el club ganó el primer título del Campeonato Peladao Indígena, como se conoce al mayor torneo de fútbol aficionado sobre campos de tierra de Brasil, que se realiza en el estado de Amazonas.
Selvagem es uno de los seis clubes de fútbol indígena femenino que disputa el campeonato y el único hombre del plantel es el entrenador, el indígena de la etnia maraguá Eduardo Rosseti Araújo, de 30 años.
"Ellas tenían cierta noción del juego, pero no conocían la técnica de posicionamiento, jugaban mucho a los pelotazos", analizó a Efe el director técnico.
Pero tampoco Araújo tenía idea sobre las reglas del fútbol.
"Es el primer equipo que entreno, aprendí las técnicas viendo los partidos por la televisión", reconoció el técnico campeón 2013.
Fuera de la época del campeonato de "peladas" (como se conoce en Brasil a los partidos de fútbol aficionado), que comienza en julio, las 18 jugadoras de Selvagem do Amazonas entrenan los domingos en el "campito" del barrio Redencao.
Con sus collares y coronas de plumas, ellas llaman la atención de los vecinos cuando pasan por la calles que llevan al campo de juego y algunas de ellas cargan sus bebés entre los brazos; otras son llevadas en carros de bebés por sus maridos.
"Ser jugadora es más que un orgullo, es una conquista, porque el fútbol no es solamente de hombres, es un desafío porque tenemos que trabajar y criar hijos también", comentó la zaguera Inara Waty, de 22 años, artesana y madre de tres niños.
De las 18 futbolistas del Selvagem, cinco son estudiantes, como la portera Otacilene dos Santos Rodrigues, de 23 años, quien cursa Letras en la Universidad del Estado de Amazonas (UEA) después de dejar hace un año la aldea Sao Benedito, en medio de la selva.
"Un equipo de fútbol representa la unión de las aldeas. Cuando salgo a la cancha, es para vencer", dijo la guardameta.
A pesar de buscar la preservación cultural indígena, apenas una jugadora sabe hablar la lengua sateré-mawé, que pertenece al tronco linguístico del Tupí.
"La vida en la ciudad influencia mucho a nuestra cultura, perdemos el contacto con la aldea y con los parientes más ancianos, que saben transmitir la lengua a los más jóvenes", evaluó la lateral Cleane Paz Oliveira At, de 28 años, estudiante de Turismo.
Admiradora de la jugadora de la selección brasileña Marta y del portero Julio César, que disputará la Copa del Mundo de 2014, la centrocampista y fundadora del equipo Erijana Cardoso Miquiles dijo que no está del todo de acuerdo con la realización del Mundial en Manaos  "El Mundial, argumentó, es un gran honor para Brasil, que es la casa del fútbol, pero el lado negativo es que están gastando dinero público sin darle valor a los asuntos de la educación y de la salud de los pueblos indígenas", lamentó Miquiles.
Los equipos indígenas masculinos y femeninos participan desde 2005 del campeonato Peladao y forman una comunidad de 230 atletas de 14 clubes que se juega en el campo de la Universidad Federal de Amazonas.